Orujo: origen, tipos y tradición - DISEVIL

Orujo: origen, tipos y tradición

¿Es lo mismo aguardiente que orujo?

El "orujo" es un tipo de aguardiente, concretamente, el que procede de la destilación de las pieles fermentadas de la uva. En definitiva un aguardiente no es más que una bebida que procede de la destilación de una fruta fermentada. El grado alcohólico del aguardiente puede variar entre el 29% y 60% y no contiene ni carbohidratos, ni grasas, ni proteínas ni azúcares. Pero sí que contiene vitamina K. La vitamina K ayuda al cuerpo a construir huesos y tejidos saludables a través de las proteínas. También produce proteínas que ayudan a coagular la sangre. 

Tipos de orujo

Los aguardientes procedentes del orujo se conocen por diversos nombres según su zona de procedencia. Por ejemplo, en Francia se denominan Marc y en Italia como Grappa. En España los orujos más conocidos son los originarios de Galicia y son el ingrediente base de las famosas queimadas. También en Galicia es famoso el aguardiente de hierbas de Galicia que se hace con plantas como menta, manzanilla, hierba luisa, orégano, romero, cilantro, etc.

También existen licores de orujo que suelen ser más dulces y con menos alcohol que los aguardientes de hierbas y cremas de orujo. En las cremas el orujo se mezcla y se rebaja con agua, zumo o crema de leche para obtener el licor. La textura es lo que diferencia la crema de orujo del licor de orujo.

Los tipos de aguardiente de orujo, se distinguen por su vejez o aromas. Hay los siguientes tipos:

  • Orujo añejo: se deja reposar en toneles de roble durante todo un año.
  • Orujo blanco: se envasa después de ser destilado y es de color cristalino o blanco, de ahí el nombre.
  • Orujo aromatizado: son aquellos a los que se les añaden hierbas. Suele tener un color amarillo.
  • Orujo mezcla o aromático: son a los que se les añaden derivados lácteos a la mezcla de aguardiente.

La historia del orujo de Galicia

Gracias a la gran influencia del Camino de Santiago llegaban a Galicia alquimistas de todo el mundo que se alojaban en los numerosos monasterios. conventos y órdenes religiosas de Galicia donde fueron perfeccionando el proceso de destilación hasta alcanzar altísimos niveles de calidad.

En sus inicios el aguardiente no era un producto tan reconocido como ahora. De hecho se elaboraba con la piel de la uva que la elaboración de vino dejaba como excedente. Este excedente que daba lugar al aguardiente era considerado una bebida destinada a los marineros y a los labriegos. Una relación que se fue integrando poco a poco en el imaginario colectivo, llegando a crear una costumbre basada en tomar una copita de aguardiente por la mañana para, según se decía (y se dice) “matar el bicho”. Era una bebida con una alta graduación alcohólica, que según los propios campesinos, “refrescaba cuando hacía calor” y que calentaba “cuando hacía frío”. Esta integración de una bebida con una graduación tan alta también tiene su contra, por supuesto, ya que parte de la población gallega tuvo que lidiar con problemas derivados del consumo excesivo de aguardiente. 

Con el paso de los años se fue perfeccionando la técnica y creándose diferentes tipos de destilados que tenían como base el aguardiente de orujo. Llegaron a producirse tales cantidades de aguardientes que en el siglo XVII existen referencias que muestran el gran interés extranjero en los destilados gallegos, llegando a países como Holanda.

Hasta 1993 no se creó la denominación específica Orujo de Galicia que ya otorgó a los orujos gallegos la misma categoría que los marc franceses, las grappas italianas, las bagaçeiras portuguesas y los tsipouros griegos.

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