Un cava elaborado de forma artesanal y criado en las bodegas del convento que se alza junto al Castillo Perelada, las mismas en las que los frailes carmelitas elaboraban vino ya hace más de seis siglos.
NOTA DE CATA
Color amarillo pálido, con ligeros tonos verdosos. Desprendimiento continuo de finas burbujas de alta integración, con formación de corona. Aroma limpio a frutos tostados, de crianza y minerales, que le trazan su personalidad. Sabor cremoso y maduro, ligeramente afrutado y con un buen equilibrio.